lunes, 6 de septiembre de 2010

La década de los Beltrán Leyva en Nuevo León V






Por: Diego Osorno publicado en Milenio, Monterrey

Cuando se citaban en algún lugar de San Pedro Garza García o Acapulco para decidir la forma en la que ingresarían toneladas y toneladas de cocaína a los Estados Unidos durante los próximos meses, Arturo Beltrán Leyva solía decirle Richie a Ricardo Tamez Alanís, un regiomontano que poco antes de cumplir los 40 años de edad se convirtió en uno de los principales enlaces del Cártel de Sinaloa con los cárteles de la droga de Colombia.

Pero como suele suceder en el mundo del narco, cuando los ascensos son tan rápidos, las bajas suelen ser aún más veloces.

Hasta junio de 2004, tras ser detenido en el Distrito Federal por un grupo especial de agentes de la Procuraduría General de la República, El Richie dirigió para los Beltrán Leyva el envío de cargamentos de cocaína trabajada en el Putumayo colombiano, con destino final las calles de Manhattan, en Nueva York, vía Nuevo León y el estado de Texas. Dos hermanos que sucedieron a Pablo Escobar en el reinado de las drogas, Víctor Manuel y Miguel Ángel Mejía Munera, conocidos como Los Mellizos eran los contactos que tenía en el sur del continente El Richie.

Dentro del expediente PGR/SIEDO/UEIDCS/041/2004, del juzgado noveno de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal, se encuentra un reporte confidencial sobre los movimientos de este hombre con familia en Santiago, Nuevo León, y que tenía 39 años al momento de su detención. Revela que fue detectado por primera vez en mayo de 2003 cuando viajó a Panamá junto con el colombiano Juan Pablo López Rojas, un operador colombiano apodado El Halcón. En esa ocasión, de acuerdo con el reporte consultado, ambos acudieron a una fiesta privada en el penthouse de un lujoso hotel de Ciudad de Panamá, en la cual deberían establecer contacto con Mauricio Jaramillo, representante del cártel colombiano de Los Mellizos. Tras encontrarse esa noche, al día siguiente, los tres se reunieron y empezaron a establecer una nueva red internacional de tráfico de estupefacientes.

La ruta trasnacional comenzaba en el puerto colombiano de San Buenaventura (sobre el cual canta un vallenato el gran Celso Piña), donde desembarcaba la nave con la mercancía. El barco y el cargamento atracaban días después en Guerrero, donde era recibido y enviado vía terrestre a la Ciudad de México en primera instancia. Ahí, El Halcón revisaba la mercancía y la remitía a Monterrey, en donde “El Richie” tenía la misión de camuflajarla en tráileres, camiones y remolques, con el fin de poderla cruzar por Nuevo Laredo, Tamaulipas y de ahí hasta Nueva York.

La detención de El Richie fue determinante para Titán, el nombre que recibió una operación secreta realizada por agencias de Estados Unidos, México y Colombia para minar la fuerza de los Beltrán Leyva y la de Los Mellizos en Colombia. Hace un par de años, luego de ser detenidos en Colombia Víctor y su hermano Miguel Ángel Mejía Munera, comenzaron a conocerse detalles de su forma de operación. Según el testimonio de uno de sus principales operadores, el cual llegó a establecer incluso contacto personal con Arturo Beltrán Leyva,Los Mellizos querían un ejército propio, instruido por oficiales rusos, y andaban buscando comprar un avión Antonov para transportar la droga a países tan remotos en el mapa como Albania

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