lunes, 13 de junio de 2011

Enrique está perdido



Caborca, Sonora.- La conozco desde hace tiempo, vive por la misma calle, en la misma cuadra, es una mujer menudita, humilde, tez morena y una larga cabellera negra, que empieza a pintar de canas, y que siempre saluda a la familia, con el buenos días o tardes, según sea el caso.
Ella se acercó hace poco y platicó con mi esposa, el motivo dice mi esposa, era pedirle un favor, pues uno de sus hijos se encuentra desaparecido y le dijo que quería ver si don lalo podía ayudarle a que por medio del internet difundir los datos de su hijo y ver si así obtenían información sobre su paradero. Él ya salió en la Tribuna (periódico semanal sensacionalista de esta región), pero la familia queremos que esto se conozca en otras partes para ver si así tenemos razones de él, dice mi esposa que le dijo.

El habló,  el 19 de marzo, diciendo que estaba en Ciudad Acuña, Coahuila y dijo a mi hijo el que iba con ellos que ocupaba 3 mil 500 pesos para regresarse junto con otro compañero que salió con el después de ser deportados por autoridades migratorias, y cuatro días en un centro de detención no especificado.
Según esto habló mucho rato, más de una hora con su hermano, quedando de hablar en hora y media para ponerse de acuerdo para el envío del dinero ya que este solo contaba con 2 mil pesos y le dijo que iba a conseguir el resto para completarse, sin embargo ya no hubo mas comunicación.
El hijo salió hace poco más de dos meses junto con otros jóvenes, entre ellos otro de los  hijos de la señora, iban hacia la línea fronteriza iban a burrear, o sea trasladar una carga de marihuana hacia el vecino país, sin embargo en el trayecto el viaje salió mal, al ser descubiertos por autoridades estadunidenses.
Según su hermano los agarraron cuando iban ya a brincar el cerco que delimita a nuestros dos países, e incluso alcanzó a escuchar cuando un migra gritó ¡hey!, deténganse, imaginando que era a su hermano a quien gritaban, pues venían todos juntos, desparramándose al ser descubiertos, siéndole confirmado por su hermano que fue a ellos a quien les gritaron los migras.
Luis  Enrique Uribe Sinohui, que así se llama es de estatura media 1.70 aproximadamente, pelo negro, lacio, ojos oscuros, tez morena y complexión delgada, a decir de una de sus cuñadas, pero como consecuencia de que ellos lo imaginan así después de dos meses, pensando que no ha comido o si lo hace no en forma abundante, carece de señales visibles como cicatrices que puedan identificarlo de manera mas fácil.
Esta es una de tantas historias que ya se hicieron cotidianas en esta región, son decenas de personas, que como Enrique desaparecieron después de ir a un viaje alquilados como mulas o burro,s como se les llama en el argot del crimen y la policía, a quien se dedica a pasar marihuana u otras drogas al vecino país.
Esto ante la falta de oportunidades para un trabajo licito y bien pagado, pues las opciones para quien carece de preparación son pocas y aún para quien los tiene, pues los empleos a que pueden aspirar están en las duras y agotadoras labores agrícolas, o en comercios, servicios y otras labores donde no es necesario estar certificados como aptos para tales labores, con salarios miserables que apenas si alcanzan para cubrir las necesidades básicas de alimentarse y vestirse, y en ocasiones ni para esas mínimas necesidades.
Entonces optan por la vía mas fácil para obtener dinero y sostener a sus familias, esposas e hijos y en ocasiones como en este caso a su madre: viuda, que además padece de una enfermedad crónico degenerativa, como es la diabetes.
Esta vía, que tampoco es fácil como se cree, es el ir a burrear, pues saben que lo obtenido en dos o tres noches de camino será superior a lo obtenido en dos o tres meses de trabajo-
El viaje inicia con el traslado a la línea para estar ahí por la tarde, armados de un galón de agua, comida enlatada, un par de ajos, para ahuyentar animales ponzoñosos, dicen, la imagen de un judas Tadeo o la guadalupana, a quien se encomiendan.
Una vez ahí, esperan al atardecer para amparados en la obscuridad nocturna emprender su odisea de uno, dos, tres o mas días para llegar a su destino donde harán entrega de la mancuerna de marihuana con un peso de entre 20 y 30 kilos según se crean capaces de cargar, con lo que una cuadrilla introduce entre 250 a 300 kilos de la droga por viaje.
Caminan siempre de noche, ocasionalmente lo hacen de día según lo considere el guía, una persona que conoce todas las veredas y pasos, auxiliado además por puntos armados de radios, que les dan indicaciones cuando ven movimiento de autoridades, ya sean agentes migratorios o antidrogas.
Una vez entregada la mercancía, la mayoría desandan el camino de regreso a México, esto ante el endurecimiento de las medidas para combatir el tráfico de personas, armas, droga y el envío de dinero producto de este tráfico hacia nuestro país para el pago de los cargamentos, ya que se tienen puntos y controles de revisión antes de los principales puertos de entrada y salida, como son San Luis Rio Colorado, Sonoyta, Nogales y Agua prieta.
Al estar de nuevo en México, algunos toman un taxi o autobús para trasladarse a sus hogares y esperar que el viaje no se caiga mas delante de donde hicieron la entrega pues entonces no reciben la paga prometida a pesar de los riesgos corridos.
Como en todo algunos corren con mala suerte, al ser detenidos por la migra si bien les va, o simplemente pasan a engrosar las filas de una larga lista de perdidos para siempre en el desierto ya sea por deshidratación al no aguantar el ritmo y ser abandonados por la cuadrilla, o bien son asesinados cuando se empeñan en cobrar su trabajo.
Así pasan los días y al fin reciben su recompensa, entonces compran comida, ropa, algún mueble, para después tomar su auto siempre con un buen sonido o bien invitan un amigo que lo tenga para emprender un maratón para beber cerveza o whisky, acompañado de su kit de coca, cristal o marihuana, visitar bares, invitar mujeres de la vida galante y presumir ante los amigos las pacas de cueros de rana, dejando siempre billetes de 20 dólares aparte para si son detenidos por algún patrullero, por alguna infracción a las leyes de tránsito, o bien según su rango en los grupos delictivos dan la contraseña del patrón, soy gente del 4, el 8, el Z o el X según sea el caso y siguen la parranda al ritmo que marcan el grupo o cantante de narcocorridos de moda, que ensalzan las figuras de capos y otros burreros que llegaron a ser grandes, siendo admirados por miles de jóvenes que siguen el mismo patrón, camisetas, pantalones y tenis de marca, joyas u otros accesorios que evidencien su éxito y una vez agotados sus recursos, pues a ir con el guía para preguntarles cuándo salen de nuevo en un ciclo que se repite y renueva constantemente, pues son muchas las bajas y también las altas de aquellos que aspiran el mismo modo de vida.
Se olvidan de aquellos que nunca alcanzaron el éxito, aquellos que murieron asesinados, los que purgan largas condenas en cárceles estadunidenses o los que se quedaron en las ardientes arenas del desierto insepultos, porque no fueron hallados y sus familias lloran día a día, noche a noche, con la esperanza velar y sepultar sus restos en tierra sagrada, ya como último recurso, resignadas a lo peor.
Ojalá este no sea el caso de Doña Juanita.
Esto fue escrito hace mas de un mes y según testimonios de a familia, Enrique fue visto en la terminal de autobuses de ciudad Acuña, Coahuila, desconociéndose a partir de ahí su paradero. por lo que cualquier información o indicio sobre su paradero se agradecerá y se pueden comunicar a los teléfonos de la procuraduria de justicia de ese estado mo a la del estado de Sonora.
  • Autor/a:Eduardo Ortiz León
  • Esta crónica, es producto del taller de periodismo narrativo, dirigido por el escritor y periodista narrativo, Imanol Caneyada Pascual, y publicado en el blog Nuestra aparente rendición, colectivo de periodismo dedicado a denunciar actos lesivos a la comunidad, como son los abusos de las autoridades, el narcotráfico, migración, feminicidios, entre otros temas, que no son cubiertos por los periódicos tradicionales y medios como al radio y la televisión, mas que de manera superficial

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