martes, 14 de junio de 2011

De vuelta a casa

Gustavo aceptando su repatriación voluntaria


Después de tres meses migrante hondureño es repatriado

Eduardo Ortiz León

Eran apenas las 7.30 de la mañana, cuando el teléfono sonó, era Raquel, trabajadora social del hospital general de Caborca, me llamó para decirme, oiga ya se van a llevar a Gustavo, aquí están dos agentes de migración y ya vienen por  él.
Ella, es una mujer extraordinaria que con sus acciones y ejemplo ha sacado a relucir las mejores cualidades del personal de ese hospital y con el caso de Gustavo, un migrante de origen Hondureño, estas cualidades se multiplicaron al límite de lo máximo.
Gustavo Sevilla de apellido, nació hace casi medio siglo en un pequeño poblado del departamento de Olanchó (Estado en México).en Honduras, el cual dejó hace mas o menos una década, en búsqueda del mal llamado sueño americano, que para muchos se convierte en una pesadilla de la cual es difícil regresar completo, para volver tan sólo en una fugaz visita hace cuatro años para ver a la familia.
Decimos que es difícil para los miles de migrantes volver completos* de su sueño de llegar hacia la tierra prometida y vendida como la de las oportunidades, la de la abundancia, donde todo se puede,  pero no se habla de la discriminación racial, de la explotación laboral, solapada la semi esclavitud en algunos casos y muchas, pero muchas injusticias que se ven obligados a soportar para poder  medio acceder a ese sueño.
Pues para poder llegar a acariciarlo primero hay que pasar toda una odisea para alcanzarlo, desde el momento de abandonar el hogar dejando, familia, amigos, patria, sin saber si algún día se va a regresar, pues los peligros que acechan a lo largo de ese largo peregrinar, son incontables, primero hay que llegar a la antesala, en este caso nuestro país y prepararse para un anticipo del infierno, desde que se pone el primer pie en suelo mexicano, cuidarse de policías, municipales, estatales, federales, entre ellos agentes migratorios, asaltantes, bandas dedicadas al tráfico de personas, asesinos, violadores y demás fauna que campa por sus respetos a lo largo de las rutas migratorias, en el caso de nuestra región la situación no es muy diferente a otras partes en cuanto a la comisión de delitos y abusos contra migrantes.
Y Gustavo, tenía todas las posibilidades de ser objeto de algún tipo de delito o extorsión, sumada a las ya recibidas en su odisea transcontinental hacia el norte, como el antiguo héroe griego, el tuvo que luchar contra demonios y quimeras, con el fin de volver sano y salvo a casa, y fue en Altar, el último obstáculo para llegar a la meta soñada que sufre un percance el cual lo deja, maltrecho, moribundo y  en estado de coma, un sujeto compañero de parranda, pues Gustavo es adicto al alcohol, lo golpea y casi lo asesina, afortunadamente sobrevive y va a parar a la cama de un hospital gubernamental, donde ¡Oh! Milagro,   hay una persona que se interesa por el, al ver que está en calidad de desconocido y esa persona se da a la tarea de indagar su identidad y procedencia, sin tener mayor indicio que su fisonomía, que la lleva a deducir que por sus rasgos y forma antropomórfica Gustavo es centroamericano y por instinto o quien sabe que decide que es de Honduras.
Una vez llegada esta conclusión Raquel, con paciencia infinita y ante la incredulidad  del personal, se da  a la tarea una vez que este regresa del coma, por medio de cartulinas con letras y vocales, de indagar nombre y apellido, tarea en que es poca auxiliada por su interlocutor, confundido y débil, debido a las intervenciones quirúrgicas recibidas en su maltrecho cuerpo, donde sus huesos sobresalen en su piel morena debido a las hambres pasadas y tantas privaciones.
El caso es que esta maravillosa mujer, logra sacarle el nombre y después armada de mapas averigua también el país, estado o departamento de donde procede y  su poblado de nacimiento, localizando mediante largas jornadas en Internet, llamadas telefónicas a la embajada de Honduras en México, al gobierno hondureño y medios de comunicación en ese país, a la familia de Gustavo, quienes no daban crédito a la noticia, pues al ver la foto hecha llegar posteriormente donde se ve a Gustavo en la cama de un hospital, pensaron estaba muerto o que posiblemente moriría, según contó Martha, hermana suya que vino a México para llevarlo con ella.
Gustavo, su hermana Martha y empleada del hospital que siempre se preocuparon por el
El caso es que una vez la hermana aquí quien viene con la ilusión y esperanza de llevar al hermano a casa, se topa con la burocracia e insensibilidad de las autoridades migratorias quienes hacen caso omiso de la petición de repatriación voluntaria por parte de ella y su hermano, apoyadas en todo momento por Raquel, quien lucha contra todas las barreras para que los hermanos regresen juntos.
Sin embargo una semana después esto no es conseguido teniendo Marta que regresar a su país sin su hermano querido, con la promesa eso si de que este será devuelto lo mas pronto posible tan pronto se cumpla con los requisitos o trámites para su repatriación.
Po fin ese día llegó ayer lunes 13 de junio, agentes migratorios llegaron para llevárselo a la ciudad de Hermosillo, lugar donde acompañado siempre por dos agentes viajaría a la ciudad de México, para transbordar hacia la ciudad de Guatemala, ultima escala para llegar a Tegucigalpa donde su familia estará feliz de por fin estrecharle entre sus brazos y ayudarle  recuperarse.
Lo entrevisté, antes de que se lo llevaran en su cuarto de hospital donde solo descansaba esperando ropa e incrédulo todavía de que volvía por fin a su patria, derrotado quizás pero con un objetivo definido todavía.
¿Contento de volver a tu país? le dije, si, contestó con voz débil y apenas audible, y que, ¿Piensas regresar, a pesar de lo que te ha pasado? Si, contestó.
* En Caborca durante la primera mitad del año cuatro migrante extranjero han muerto, amputados sus miembros por el gran gusano de acero, en el cual decenas de personas se encaraman para poder llegar a la frontera en un viaje de mas de 3 mil kilómetros desde la frontera sur y son ya incontables los ya fallecidos en esas circunstancias y otros tantos con vida pero sin alguno de sus miembros.

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