sábado, 28 de enero de 2012

Crónica del sepelio de un tirante

Eduardo Ortiz

(Tirante.- Dícese de la persona que se dedica a distribuir droga principalmente a domicilio, previa llamada telefónica, llamado también tirador)
Caborca, Sonora.- Este día para mi era un sábado normal, como casi siempre no hay nada que hacer, pero de repente como a las 9.00 de la mañana escucho sonar mi celular, veo que no es un número local y contesto preguntándome quien será.
Oye viejo, soy yo Alberto, me dice una voz de acento centroamericano o del extremo del país, no te acuerdas de mi? Soy el güero, órale, si, le digo, oye viejo necesito un parote, voy llegando y viene una tía conmigo, necesito me consigas alguien que la pase, ella va para Estados Unidos, porqué yo no la puedo llevar, pues voy a mi jale. Donde estás? Estoy aquí en el hotel, esta bien en una media hora voy por ahí.
Me levanto, me alisto y voy al hotel, donde hago unas llamadas a personas que conozco y queda uno de ellos en pasar a las tres de la tarde para platicar con ellos, allá ellos sabrán si se arreglan o no, ni me interesa, yo solo le intento ayudar con alguien de confianza para salir de su problema, entonces me dice, vamos a desayunar, o ya desayunaste? No le digo pero tengo que llevar el carro a lavar, pero les doy un raite, sobres dice, nos dejas en el pollo feliz, ahí enfrente de la plaza, voy y lo dejo, para irme y al dar vuelta a la plaza veo una gran cantidad carros de lujo frente a la iglesia y dos patrullas un pick up y un sedán, voy y me estaciono a dos cuadras pues mas cerca no hay lugar y  me voy a parar frente a la iglesia, pues pienso que debe de ser la misa de un ejecutado hace dos días, personaje de cierta relevancia en el hampa local al ser un reconocido distribuidor de cocaína.
En ese lugar me encuentro a un conocido y le digo que ondas, que hay? Nada aquí, me dice voy a la gota se me quedó el carro, donde? Aquí cerca, desde anoche, pero no hay pedo ya voy, mostrándome un galón de agua vacío, y que a quien van a sembrar? Le digo, haciéndome como el que no sabe, al Polo, dice, en ese minuto o dos de nuestro dialogo, entre tres y cuatro personas han preguntado lo mismo a quien primero les brinde atención, son decenas de curiosos quienes se arremolina en la acera y pasillos de la plaza pública, frente al templo, algunos evidentemente conocidos o familiares del difunto otros simples mitoteros, igual que uno.
En dos vehículos pick up de reciente modelo uno rojo y otro blanco, integrantes de una banda sinaloense, afinan sus instrumentos y se acomodad, para una vez terminada la misa, acompañar con sus canciones al fallecido, una persona, robusta, blanco, pelo cortado estilo militar y camiseta negra o azul oscuro de las que usan los narcos de renombre, como La Barbie y otros que tanto han publicitado en la televisión, platica con el director de la banda, arreglando quizás que canciones quiere la familia que le toquen a quien ya no puede oírles como lo hacia en sus fiestas familiares, esta persona eds muy conocido tanto en Caborca como en Altar, se le conoce como Cantón,
fue policía municipal y fue expulsado de sus filas para posteriormente reaparecer en Altar, también como policía y después de ser corrido por quejas ciudadanas, de abuso y extorsiones, se le mencionaba como sicario y pollero, ahora según se dice es la mano derecha del jefe de la organización que controla el tráfico de cocaína en la región y quien se encarga de negociar y llevar los arreglos con las autoridades, además de surtir a los tiradores, siempre anda con dos o tres celulares y radios de comunicación para comunicarse con todos ellos y sus jefes, cuando por alguna equivocación o arreglo para que se aparente que se les persigue, un tirador del grupo es detenido y turnado al ministerio federal, es el primero en acudir y tiene derecho de picaporte con el agente municipal asignado al MP como asistente o encargado de hacer arreglos, quien de inmediato lo pasa para hacer sus cuchupos, haciendo una averiguación mal integrada o con errores para que salga bajo fianza y puedan seguir con el negocio viento en popa.
En tanto termina la misa voy a desayunar en el puesto de tacos del compadre Chente, en la esquina de la cuadra donde está la iglesia, ahí las mesas están casi llenas y al parecer todos son parte del cortejo que acompañará al Polo a su destino final, una tumba en el panteón, con el suman ya al menos tres miembros del mismo cartel ejecutados en menos de medio año.
Mientras desayuno, pasa la gente y casi todos comentan o le gritan al pasar al dueño de la carreta, ei mi chente ya se llevan al polito, si les dice el, así nada mas como si fuera algo normal, estoy echando el último bocado de mi tercer taco, cuando frente a mi en la esquina pasa lentamente una patrulla, es la que va abriendo paso al cortejo fúnebre, encabezado por una carroza fúnebre color marfil y la mas lujosa de la funeraria donde se veló al difunto, tras ella los dos vehículos donde se traslada la banda quienes entonan la típica canción para estos casos Un puño de tierra, tras ellas decenas de vehículos, de todos tipos, tripuladas por gente, vestida al estilo de quienes se dedican al narcotráfico en esta región, sean burreros, tirantes, guías o jefes.
Pago el consumo y me voy rápido a mi carro, me dirijo hacia el panteón, paro en un Extra, para esperar pase la caravana de vehículos, a unas dos cuadras asoma la patrulla que lo encabeza, como si fuera un personaje de la sociedad o un agente policiaco el fallecido, mientras espero, llega un camarada y se para un vehículo a su lado, quiubo, como la vez?, le dicen, ya vez le dice, a ver si estaba arreglado, hasta muerto lo cuidan sueltan la carcajada y se ponen a especular, quienes van en los lujosos vehículos con los vidrios ahumados que pasan detrás de la carroza, mira ese es fulano ese otro es sutano, puro chaka, agregan, los policías se quedaron mirando, me dice mi camarada, si le digo y hasta el vidrio subieron para que nos los vean, bueno ya me voy, dice, que no vas a ir al panteón?, le pregunto, no me dice, porque me plaquean.
La fila es larga y toman rumbo a la casa donde vivía el difunto, donde esperan también decenas de carros del mismo estilo, a lo largo de la avenida Quiroz y mora, inmortalizada en la cumbia del rio de Los pikadientes de Caborca, se forma un embotellamiento masivo debido a la gran cantidad de carros que van tras el féretro y los que por alguna razón tienen que salir rumbo al norte de la ciudad y desconocen esta situación, adelante la patrulla, va a vuelta de rueda, lo que motiva a que quienes tienen apuro den la vuelta y den un largo rodeo  pues no hay otra salida o calle paralela para poder dirigirse al norte de la ciudad en mas de un kilómetro a la redonda al este se tiene que dar un rodeo hasta la internacional pasando por el panteón y al oeste hasta la universidad de Sonora, saliendo frente a la CFE, yo opto por la segunda opción y salgo justo cuando la patrulla llega al semáforo del paso a desnivel de la carretera Internacional y a pesar de estar este en verde dos vehículos delante mio esperan que pase la patrulla, yo me voy y me pongo tras la patrulla pues la fila atrás de ella es de mas de un kilómetro y tendría que esperar a que pasen todos ellos para poder seguir mi camino, tan pronto hay una chanzita rebaso a la patrulla y me dirijo al domicilio donde harán la última parada para dirigirse al panteón.
Después me voy a buscar un lavado para lavar mi carro, paso frente a un tianguis y este luce hasta los topes de gente buscando algún artículo o prenda de bajo costo ante las dificultades económicas por las que pasamos ya es difícil comprar algo, nuevo, esto me muestra que la vida sigue igual para los que trabajan de manera honesta para alimentar a sus familias y que si bien compran cosas de segunda tienen la seguridad de que es difícil acabar como un tirante, acribillado a tiros, en el mejor de los casos, si no es que antes lo levantan y lo torturan para después dejarle tirado en cualquier acotamiento o brecha, si es que quieren dar un escarmiento o lo desparecen y su familia, vivirá siempre con una falsa esperanza de algún día encontrarlo, vivo o muerto, para en este ultimo caso tener a donde irle a rezar, pero edso no acabará, para suplir al muerto ya hay decenas esperando ingresar a esta lucrativa actividad, pues para ello es mejor vivir bien y acelerado que mal y sin esperanzas de tener todo lo que se ambiciona en la vida, salud, dinero y amor.
Antes después de hacer la cita para que laven mi carro voy a mi casa a bajar algunas cosas y le grito a un conocido, no vas a ir a despedir al Polo? No, me dic, apoco ya lo van a enterrar, si le digo, ya lo llevan al panteón, pero primero lo van a pasar por su casa, pobre loco, dice, y luego agrega, a de estar bien enojado el chapo, no? Que chapo? Le digo, pues Miguel, El colmenero, me dice, (esta persona es el jefe de un grupo conocido como Los colmeneros, que mantienen un férreo control de la plaza, para distribuir cocaína, protegidos por todas las autoridades desde el nivel municipal al federal) Ya son tres con este que le matan, órale,  le digo y me voy al lavado.

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Se admiten, madrazos, chingadazos si son justos y merecedores. Quien este libre de pecado que tire el primero