jueves, 29 de septiembre de 2011

Problemas linguales de la frontera noreste



 Colaboración de Diego Osorno
Problemas linguales de la frontera noresteMaría Julia La Fuente, conductora de Telediario Monterrey.

HISTORIAS DE NADIE


Diego Enrique Osorno Nació en Monterrey, México en 1980. Autor de los libros Oaxaca sitiada. La primera insurreción del siglo XXI (Grijalbo, 2007), El cártel de Sinaloa. Una historia del uso político del narco (Grijalbo, 2009), Nosotros somos los culpables. La tragedia de la guardería ABC (Grijalbo, 2010) y País de muertos. Crónicas contra la impunidad (Compilador, Debate, 2011). Reportero del staff de la revista Gatopardo. Sus crónicas han aparecido en Letras Libres, Proceso, La Rocka, Nexos, Narconews, M Semanal, El Perro, Replicante, Travesías, Chilango, Gente de la actualidad, Milenio y Rebelión. Ha cubierto situaciones de conflicto a lo largo de México y en algunos países de América Latina y Medio Oriente.
Fue profesor en la Escuela de Periodismo Carlos Septién, es participante del Foro Internacional de Biarritz y ganador del Premio Latinoamericano de Periodismo sobre Drogas.
Vive a caballo entre la sierra de Santiago, Nuevo León, y el asfalto de Nueva York.
Datos de contacto: diego.osorno.gonzalez@gmail.com y twitter.com/diegoeosorno http://twitter.com/diegoeosorno
Un año antes del ataque al casino Royale ocurrido el 25 de agosto de 2011, el cual provocó la muerte de 52 personas, en su mayoría amas de casa, fue secuestrado Edelmiro Cavazos, alcalde del municipio de Santiago, a la par que ocurrían bloqueos viales en el área metropolitana de Monterrey hechos por jóvenes encapuchados y armados.
Tras no saberse nada de él durante algunos días, el presidente municipal reapareció junto a Cola de Caballo, una enorme cascada del estado norteño de México. Reapareció muerto.
Por esos días, María Julia La Fuente, experimentada conductora de Telediario, el noticiero televisivo más visto de la tarde en la ciudad, habló de los problemas linguales que tenían las autoridades.
Monterrey es la caja de resonancia de lo que sucede en la frontera noreste. En el resto de las ciudades y pueblos de esa zona comprendida por Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, ocurren cosas igual o más graves que las que conocemos de Monterrey, pero el silencio, impuesto a costa del terror, se ha extendido y establecido. En las semanas recientes, la epidemia de mudez, alrededor de Monterrey, ha llegado a las redes sociales virtuales, tras el asesinato y la exhibición de los cuerpos de tres jóvenes tuiteros y blogueros en Nuevo Laredo.
También al internet de la región se le está cortando la lengua.
Pero en la capital de Nuevo León, aun queda un resquicio para dar a conocer buena parte de lo que sucede. E incluso se puede hablar de los problemas linguales.
Mirando al teaser, la presentadora de noticias empezó a leer una acartonada redacción de la noticia sobre la valentía (poca) de los policías locales:

Autoridades estatales cuestionaron la nula respuesta de los policías y agentes de tránsito durante los bloqueos que colapsaron la vialidad el pasado domingo tarde-noche…
Luego hizo una pausa. Interrumpió la lectura para improvisar:
Sabemos que es un trabajo riesgoso, pues sí, pero también tienen la responsabilidad de arropar al ciudadano, ¿verdad?, que el ciudadano así [truena los dedos] en un abrir y cerrar de ojos, nomás porque llegan y te amenazan con una pistola, pierdes todo: tus pertenencias, tu bolso, tus joyas… ¡tu tranquilidad!, ¡tu automóvil!…
Bueno, pues el Gobernador les dijo [a los policías], que si tienen miedo, que renuncien.
Mmm...
¿Y oiga, señor Gobernador, [manotazo] no se mordió la lengua?, ¿eh? Porque si usted no puede con esto, pues renuncie también. Todos sus funcionarios se cuidan muchísimo, todos… O si no mejor que se vaya a vivir a McAllen, o a Laredo, o a San Antonio [Texas].  Si no puede, pues también usted diga: “Ya, hasta aquí. Aviento [breve silencioel arpa, el azadón”.
Sí, porque esto está ya in-sos-te-ni-ble. Todos asustados. Todos con miedo. Esta ciudad no ha vuelto a ser la de antes.
Intervino el joven conductor que acompaña a María Julia La Fuente en el noticiero. La cámara del estudio lo enfocó fugazmente:

…Incluso, ya pensar en cambiar de automóvil, decir, ¿sabes qué? Ya no voy a tener el automóvil que traigo, voy a traer uno más modesto…
La conductora María Julia La Fuente retomó la palabra:

Y luego te dicen que cambies tus recorridos, los horarios, el perfil del automóvil… oye, por eso, ¿cómo?, ¿por qué? Y luego allá, en el exterior, y a nivel nacional, dicen: “A Monterrey no vayas, está horrible. Terror en Monterrey”.
¡Oiga! ¿la capital industrial de México?, ¿la gente que trabaja desde temprana hora -cuatro de la mañana esperando el camión-? Y ahora nos dicen: Cuídense, porque vienen momentos todavía más difíciles, ahí viene lo peor.
¿Qué es lo peor?,
¿qué es más lo peor que todo lo que ha estado sucediendo?
¿Cuándo se había visto que a un cirujano en plena sala quirúrgica le entren hasta ahí?…
¿cuándo se había visto lo del alcalde?… Y pido a Dios que regrese con vida [al día siguiente fue hallado su cadáver].
¿Qué más falta para decir Ya basta [manotazo], o para que se vaya la gente que no sirve, o que no puede con este asunto?
Ay [suspira] ¡cómo recuerdo a don Alfonso Martínez Domínguez [ex gobernador responsable de masacre de estudiantes críticos del PRI en los setenta]!
¡Qué [mueve la mano de abajo hacia arriba, como si cargara algo]… carácter tenía, en todos los sentidos! [nuevo manotazo]
Vamos con lo que sigue, la nota de este funcionario…
Y apareció en la pantalla el rostro del funcionario mencionado [todavía gobernador de Nuevo León].

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Se admiten, madrazos, chingadazos si son justos y merecedores. Quien este libre de pecado que tire el primero