Esta es una historia ya contada pero que no lo fue como debería de haber sido, porque todo giraba alrededor de la primera parte que es la historia de Gustavo
Caborca, Sonora. Muchas veces en nuestra labor nos encontramos con historias que deben de ser contadas para que la sociedad sepa de acciones que enaltecen y hacen lucir las mejores cualidades del ser humano y que desgraciadamente en la mayoría de los casos no se dan a conocer.
¿Por qué? En ocasiones porque hay noticias mas importantes desde el punto de vista comercial o sensacional y la equivocada idea de que las historias de bondad no venden o llaman la atención.
Esta que a continuación voy a contar es una de ellas y se desprende de una historia de o tema de nota roja, pues gira alrededor de la historia de un hombre llamado Gustavo Sevilla Cardona, extranjero en nuestra patria, hondureño de origen.
Gustavo en su peregrinar fuera de su patria recaló un día a la población de Altar, Sonora, su intención era cruzar hacia el vecino país en busca del mal llamado sueño americano que tanto persiguen, individuos de todas las razas y también de nuestra patria, principal exportadora de obra mal calificada y en menor proporción, altamente calificada.
Una vez en Altar, Gustavo por una razón u otra no se decidío a cruzar, y subsistía de la caridad pública, para gastar lo poco que conseguía en alcohol, casi siempre, muy pocas veces en comida, así es que en una de esas ocasiones en que consumía aguardiente en compañía de otro individuo el que conocío en sus andanzas, fue enviado al hospital gravemente lesionado y en estado de coma.
Debido a la gravedad de sus heridas, traumatismo craneoencefálico hemorrágico, traqueotomía, secuela neurológica, cuello flácido y columna cervical débil, fue trasladado al hospital general de Caborca, donde después de ser valorado por los médicos se decidío enviarlo a la ciudad de Hermosillo para ser intervenido quirúrgicamente por especialistas en traumatología de urgencias.
En ese lugar duró tres o cuatro días donde después de varias cirugías se le regresó ala hospital de Caborca donde permanece desde hace poco mas de dos meses, concretam4nte desde el 23 de marzo.
Es aquí donde la historia da un vuelco y se distingue el amor y perseverancia de una joven madre y trabajadora social de ese centro hospitalario, sin mas responsabilidad que el gestionar o ayudar a familiares de los pacientes a recorrer u orientar en su recorrido para la realización de todos los trámites que conlleva el estar en un centro hospitalario del estado y mas cuando se carece de algún tipo de seguro médico para cubrir los costos de medicamentos, consultas e intervenciones quirúrgicas, calladamente y sin ningún interés monetario de por medio hizo y sigue haciendo algo extraordinario.
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Esta joven trabajadora social tan pronto el caso llegó a sus manos pues entre sus responsabilidades está el coordinarse con el departamento de recuperación financiera para ayudar a la gente que no puede pagar de momento o en casos especiales nunca, observó que este no tenía ninguna identificación entre sus pertenencias, en este caso tan solo la ropa que vestía, por lo tanto era imposible el dar con sus familiares o conocidos.
Aunado a esto. el paciente no podía hablar, siquiera para poder proporcionarle su nombre de pila o lugar de origen, aunque Gustavo fue trasladado a Hermosillo, Raquel, que es su nombre pensaba en su caso y como podría localizar a sus familiares o indicios para dar con ellos si no tenía nada de nada.
Me contó Raquel, que debido a experiencias previas se dio cuenta que todas las razas comparten características comunes que los hacen identificables, por lo que basándose en los rasgos físicos, color de piel, tipo de cabello y estatura entre otros decidió buscar en Internet para ver si podía ubicarlo en algún tipo de raza y lugar donde este tipo es mas común, decidiendo al fin que Gustavo es hondureño.
Una vez que Gustavo fue traído de regreso y conforme progresaba su recuperación logró mediante señas y cartulinas con letras del abecedario que este le lograra dar su nombre y mediante un mapa de America central su país de origen, posteriormente su departamento y localidad, como son Honduras, el departamento de Olanchó y loa comunidad de Guarisama.
Con estos datos en su poder, Raquel, resuelta a todo y sin dar marcha atrás se dedicó a buscar en Facebook y otras redes sociales
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en sus horas libres, ya en su casa y también en su trabajo, cuando este se lo permitía a personas con apellidos como de este migrante.
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Encontrado así, según cuenta a una prima de Gustavo, de nombre Miriam, residente de la capital de Honduras, Tegucigalpa, solo que esta nunca le contestó sus mensajes, sin embargo esto no la desanimó y recurrió a la embajada de Honduras en México, comunicándose con personal para que le ayudaran a encontrar a sus familiares, además buscó televisoras, radiofusoras y otros medios de comunicación acosándoles, solicitándoles que le ayudaran a buscar a esta familia que no podía localizar,
Logrando dar con una hermana de Gustavo, Martha Sevilla, quien no podía dar crédito a la noticia pues tenían mas de 10 años sin verlo, con comunicaciones esporádicas con Gustavo, quien además es padre de una hermosa jovencita que extraña a su padre y arde en deseos de verlo de nuevo y que nunca mas vuelva a dejarla tanto tiempo y que recobre su salud.
Ya en contacto, pidió fotos de la hija y la familia par mostrárselas a Gustavo, mismas que pegó en la pared junto a su cama, para que los viera y ayudaran a una mejor recuperación.
Martha, sale hoy domingo de Tegucigalpa en un vuelo a la ciudad de México, para de ahí trasladarse a la ciudad de Hermosillo, como última escala en su peregrinar para venir por su hermano y llevarlo de regreso a casa.
Esta historia, no es un caso único en el curriculum de Raquel, ella ya ha reunido a cuatro familias mas con algún familiar extraviado por esta parte del país, en lo que va de este año,
Son casos que documentaremos para darlos a conocer, un poco mas adelante ahora lo importante es buscar que se reconozca gesta singular labor de esta joven y su lucha por reencontrar a familias para llevar un poco de felicidad al seno de esos hogares, toda vez que a ella le sucedió un caso trágico muy similar y que pretende en la medida de sus fuerzas, no pasen por esa situación otras personas, localizando al familiar perdido, al que nunca mas se espera ver.
Raquel y su carácter
A poco mas de dos meses de que esto pasó, entrevisté a Raquel en el pequeño cubículo que tiene como espacio para trabajar en el hospital y como siempre el salir y entrar de personas es constante, desde la joven madre de apenas 14 0 15 años que la dejó su pareja embarazada ante, o la viejecita humilde que tiene problemas para surtir su receta, pues no tiene para comprar lo que el sistema de salud le debe dar pero no hay nunca en existencia en la farmacia hospitalaria.
En el momento que llego, me recibe con su sonrisa, amplia y sincera, que brinda siempre a todos y al preguntarle como estaba, me dice, bien, fíjese que hay tengo una paciente, es de Guatemala, la dejaron en el desierto, al no poder caminar como los demás de su grupo pues venia enferma de la vesícula y la van a programar para cirugía, esta bien le digo, ahorita vamos.
Una vez realizada la entrevista, vuelvo con Raquel y ahora me dice, oiga Eduardo, ahí tenemos un bebé que mordió un perro no quiere verlo y hay voy ahora a ver el bebé, platico con una hermana del pequeño que lo cuida y le doy mi tarjeta para si quieren que se de a conocer su experiencia y por la noche recibo su llamada para ir a entrevistar a la madre.
En fin esta no es mi historia, es la de Raquel que quiero publicar, pero ella misma parece empecinada en que no lo haga, pues prefiere de a conocer otros casos en sus manos, oiga Raquel, yo quiero platicar su historia, así que necesito algunos datos, puede darme una entrevista? Claro que si me responde.
Antes de pasar a ello, quiero se den una idea de ella, de su persona, Raquel, no es el prototipo de una mujer mexicana, pues su tez es blanca, no mucho, pero si podría pasar como integrante de la gran raza aria que Hitler pretendía imponer al mundo, ojos grises, verdes a veces, según el ángulo de donde se el mire, cabello castaño, comúnmente, arreglado en una cola de caballo, como si no le interesara resaltar su belleza, es mas alta de lo normal en una mujer, 1,70 aproximadamente y complexión regular, no flaca, tampoco gordita, cara redonda y con la sonrisa pronta como dije antes.
Nací aquí en Caborca, me dice, para mi sorpresa pues yo siempre pensé que era de Sinaloa, pero por accidente, agrega, resulta que mi mamá, vino a visitar a mi abuelo, que aquí vivía y aquí me tuvo, pero pasé mi niñez en un pueblo llamado Genaro Estrada en la sindicatura de Ocoroni, Sinaloa de Leyva, ahí estudie la primaria y la secundaria en Ocoroni, teniendo que caminar todos los días 4 o 5 kilómetros de ida y otros tantos por la tarde la mayoría de los días, cuando no agarrábamos raite.
Ya cuando salí de la secundaria, me vine a Los Mochis, quería estudiar enfermería, pero no alcancé cupo en la escuela y paseando por el campus de la universidad vi la escuela de Trabajo social y no se entré ahí y creo que eso era lo mío, me gustó.
De vuelta a Caborca
Una vez terminados mis estudios, llegó a la escuela una petición inusual, del entonces presidente municipal de Caborca, el señor Copado, quien requería tres trabajadoras sociales para la oficina del DIF municipal, que dirigía de manera honoraria su esposa y así es como volví a Caborca, el lugar donde nací de manera casual.
Salio el señor Copàdo y la presidencia municipal es ganada por el Partido Acción Nacional, con el Dr. Salgado como candidato, fue en el 96 creo, y se me ofreció seguir trabajando y lo acepté, dice, sin embargo yo soy una persona muy sincera y si hay algo que no me gusta lo digo, entonces me cuenta como es que dejó ese trabajo y entró al hospital a desempeñar esa labor que la ha hecho ganarse la simpatía y respeto de todas las personas que ahí laboran.
La corrupción está en todas partes
Que pasó? Le pregunto, y ella contesta pues resulta que una vez que el Dr. Salgado, entro en posesión de su puesto, mandó traer un cuñado que vivía en Nayarit, creo y le dio un puesto de dirección en el DIF, donde yo trabajaba y en una ocasión me tuve que quedar después de mi horario de trabajo a realizar unos informes y ahí me di cuenta de algo que me llenó de coraje e indignación, pues muchas compañeras y yo, trabajábamos horas extras y nunca se nos pagaban, sin embargo en documentos que vi en esa ocasión se tenían registradas las horas extras de todo el personal que lo hacíamos y si se pagaban, pero estas eran cobradas por el cuñado del presidente municipal, dejé todo y me fui a casa, recuerdo que era un fin de semana.
Pero tan pronto llegó el lunes, presente mi renuncia a la entonces directora del, DIF, quien no me la quería aceptar y al preguntarme porque? Le dije todo y la responsabilicé también a ella por lo que nos estaban haciendo, pues no era posible que ella no estuviera enterada, al ser quien firmaba la nómina.
Pasado esto, me presenté el hospital pues desde hace tiempo, el Dr. Juan Miguel Duarte, entonces director me llamaba para trabajar y tan pronto le plantee mi situación me aceptó, así que otro día ya estaba trabajando, aquí y ya tengo como 12 años en este lugar.
Sus motivaciones
Me interesa, sobre todo que hace a Raquel realizar esta labor de manera tan intensa y determinación para buscar solucionar los problemas que a diario el plantean tanta y tanta gente necesitada, y me dice, sencillamente es un problema que tenemos y que nunca se va a solucionar, pero hay que hacer todo lo posible, hay que ayudar a quien lo necesite y hacerlo bien, en el caso de quienes andan lejos de su hogar, buscar la manera de regresarlos con sus familias.
Porqué, usted?
Bueno, usted, ya sabe, que pasó en nuestra familia y a partir de lo que pasó a mi papá, me motivó a nunca dejar nada a medias.
El triste fin de su padre
Aunque Raquel, no me platicó esto, pues me dio pena y reparo en remover una herida dolorosa para ella, lo cuento, para que quien lo lea se de una idea de lo que ha sido su vida y circunstancias que la llevan a realizar su trabajo con tanto amor y coraje.
Un día su padre, salio de casa iba al monte cerca de Altar, Sonora, población donde vive su familia, madre y hermanos, pero ya no regresó, durante meses Raquel, buscó y buscó, aquí en la región, en Sonoyta, y toda la región fronteriza, pero nunca lo encontraron, llamó Estados Unidos, a los consulados cercanos de la frontera para investigar sobre personas perdidas, pues algunas personas le comunicaron haberlo visto n una estación de detención migratoria, pero no fueron mas que una esperanza fallida, porque no era verdad, sin embargo no dejó de seguir pista o indicios que s ele brindaban por gente bien intencionada, ella y su familia, nunca perdieron la fe, incluso cuando ya se resignaron de que no podía estar vivo, el caso es que meses después un cuerpo fue hallado en el desierto y como siempre que ella sabía de algo así, acudía con la esperanza de tener siquiera los restos de su padre para sepultarlo y saber que tenía ya un lugar donde ir a rezarle en día de muertos, el día del padre o en su aniversario, y uno de esos tantos, resultó ser el del padre ausente.
Es nuestro angel
En mis recorridos por el hospital, me ha tocado escuchar comentarios para que los oiga, como el de una de las señoras que trabajan en la cocina, Raquelita es un ángel, es un pan de dios, es el ángel que tenemos en el hospital, si alguien necesita, algo, comida, ropa, lugar donde dormir ahí está Raquel, como lo hace quien sabe, pero ella consigue lo que sea, para la gente que lo necesita.
Así que esta es la historia resumida a grandes rasgos de una mujer mexicana, que a diario vive y sufre por cientos de personas que acuden a una institución gubernamental, donde lo común es encontrar malas atenciones, malos tratos, desprecios y en ocasiones discriminación por el tono de piel, estatura o vestimenta.
Con gentes como María Raquel Benítez Díaz, el mundo siempre será mejor y queda la esperanza de que las cosas serán mejores, siguiendo este tipo de ejemplo.
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Se admiten, madrazos, chingadazos si son justos y merecedores. Quien este libre de pecado que tire el primero