viernes, 24 de junio de 2011

Que triste vivir en Tubutama


Eduardo Ortiz León

La ida

Salimos temprano, con la intención de llegar a Tubutama antes que los diputados del congreso estatal, quienes declararon el cambio de recinto parlamentario a esta población, iban Araceli Celaya, Reymundo Quiroz y yo.

De acuerdo a la publicidad y boletines se pretendía con esta sesión manifestar su apoyo para con los habitantes de esta región asolada por la inseguridad generada por grupos de narcotraficantes que tienen un férreo control sobre todas las actividades de la población.

Y como consecuencia de ello, sus habitantes carecen de servicios tan elementales como es el de la salud y la seguridad, ante la incapacidad del gobierno federal en primera instancia, e segunda el estatal y en tercera del municipal, de proporcionar y garantizar el acceso de su población a ellos.

De ahí se deprenden otros problemas como son la carencia de fuentes de empleo para la población económicamente activa, lo que ha impulsado a la gran mayoría de sus habitantes a migrar a otras partes del país o el vecino.

De acuerdo a datos proporcionados en la sesión solemne del congreso del estado basados en el último censo de población y vivienda el número de habitantes era de 2 990, ahora se habla de que poco más del 50 por ciento de las familias han dejado sus casas y propiedades ante el temor de ser asesinado, en el peor de los casos, golpeados, secuestrados levantados o mutilados en el mejor escenario.

Tan solo en la cabecera se habla de aproximadamente 60 casas deshabitadas, mientras que en la Reforma, comunidad donde habitaban entre 79 y 80 familias, poco más de la mitad también abandonaron sus hogares, dejando atrás propiedades y arraigo.

El sentir de la gente

Mientras los diputados discutían los puntos del día, dispensaban lecturas de dictámenes y propuestas al seno del congreso, nos dimos a la tarea de recoger el sentir de la gente y lo manifestado provoca indignación, coraje, ira, impotencia y por supuesto el impulso y sentimiento de solidaridad para con esas gentes que a pesar de los peligros que conlleva el vivir ahí, persisten negándose a dejar la tierra que los vio nacer, crecer y también morir a muchos de ellos por enfermedades o las vals de asesinos escondidos y agazapados que llegan, los amedrentan y amenazan para seguir sus indicaciones.

Aquí nadie sale a la calle, a menos que sea necesario, la población luce vacía a todas horas, solo un negocio permanece abierto es la pequeña tienda de abarrotes donde sus habitantes se surten de lo mas necesario y sus anaqueles lucen semivacíos.

Sus propietarias comentan que no tienen actualmente problemas para surtir, pues salen a la ciudad a renovar su inventario para poder seguir adelante y servir a las pocas personas que aún quedan en el pueblo.

No podemos jugar ni salir al monte dicen los niños

Mientras los diputados discuten la tan traída iniciativa federal para un mando único policial en todo el país y ponderan supuestos beneficios para mejorar la seguridad, un grupo de niños juega en el pequeño kiosko de la plaza frente a donde se realiza la sesión solenme.

Al ver a fotógrafos y reporteros gritan queremos paz, y también piden fotos, arrimándose tras una manta que llena de manos pintadas, contiene también un letrero pidiendo es Paz.

Se acercan y dicen, después de las 12 del día no podemos salir al monte, antes salíamos jugábamos, correteábamos, montábamos burros, ahora ya no, un día vinieron, unas gentes de negro con unos riflotes y dijeron a todos que después de las 12 nadie podía andar en el monte y ahora jugamos aquí en la calle, a las escondidas a lo que sea, pero antes de que se haga noche.

Y que mas les dijeron?, pregunta, Imanol Caneyada, escritor y periodista, entonces uno de los pequeños, hace un ademán, clásico de pasarse el dedo por su cuello, para denotar la acción de cooperas o cuello, como dijo el chino Zhen li gon a cuadro abierto en televisión nacional, lo hace como si esto fuera algo normal y que nos muestra hasta que grado la violencia imperante que los rodea los ha insensibilizado o qe quizás a su pequeña edad no comprenden aún el horror que esto representa o lo comprenden demasiado bien para nuestra desgracia y el futuro de ellos junto a sus familias.

El presidente se lava las manos

A un año de que grupos de delincuentes se enfrentaron con un saldo oficial de 23 muertos, y la ola de levantones y asesinatos se desató, al menos dos municipios de esta región carecen de vigilancia policiaca preventiva, pues todos los elementos de seguridad han renunciado o simplemente se fueron ninguna explicación.

La primera autoridad se lava las manos, y dice, todos somos humanos, cada quien tiene su corazoncito y pues no podemos pedir que se queden cuando se ven los riesgos comparados con los beneficios, no con esas palabras claro pero si parecidas, en entrevista que le hace un medio radiofónico.

Niega que el se encuentre fuera del pueblo y que no atiende en el palacio municipal lugar donde debería ejercer ese cargo que tanto buscó, basándose en ataque contra sus contrincantes diciendo que el si podía.

Sin embargo, el sentir de la gente dice todo lo contrario, ni una sola de las personas con las que platicamos habló positivamente de su presidente, Santos Castañeda, todos , coinciden el no se lleva en el pueblo.

Por su Parte el alcalde, enfatiza y se justifica que sus continuas ausencias se deben a que anda gestionando recursos y obras, pero estas no se ven ni se palpan, lo que habla elocuentemente de que eso es solo demagogia para salir del apuro en que lo mete el entrevistador.

Por ultimo los diputados se levantan, parten en pequeños grupos, todos se dirigen al rio bajo el puente que lo cruza donde decenas de personas desde temprana hora se encuentran preparando kilos y mas kilos de carne seleccionada para ser degustada por los asistentes, cuatro o cinco hieleras de regular tamaño rebosan de sodas y cervezas light para que no engorden nuestros diputados y también los asistentes, que s son de Tubutama, los menos por primera vez en mucho probarán este manjar y tradición sonorense.

El regreso

Una vez satisfecha la necesidad de comer, nos preparamos a partir y otra vez un filtro de revisión por parte de militares nos espera antes de tomar la angosta carretera en viaje de regreso.

Que? ¿ya estuvo? Dice el oficial al mando, s contestamos, ¿Cómo estuvo? ¿Qué dice la gente? Pregunta, Pues que no quieren que ustedes se vayan, le dice Reymundo, que si se van la paz de que gozan en este momento se acaba, órale pues que les vaya bien se despide.

Como eres barbero, le digo, a mi me dijeron que su presencia es indeseable, que se meten a las casas sin ninguna orden, y cuando estas, están vacías se roban lo que pueden.

Pues si me dice, pero hay que darles por su lado-

Llego a casa y mi face, está atiborrado de mensajes, con una pregunta muy similar todos ellos, ¿Hey, como te fue?¿ llevaste chaleco?

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Se admiten, madrazos, chingadazos si son justos y merecedores. Quien este libre de pecado que tire el primero