14 agosto, 2013 | Categoria: Cultura | Escrito por: Edición Impresa
• El periodista sinaloense presentó su libro ‘Historias mías o liberando al león de su jaula’
Los sucesos cotidianos que a veces pasan desapercibidos también deben contarse, porque guardan historias impactantes. Con esa premisa, el periodista sinaloense Eduardo Ortiz presentó su libro Historias mías o liberando al león de su jaula el pasado martes en el Museo del Periodismo y las Artes Gráficas (Mupag), donde aborda crónicas de la vida cotidiana en su actual residencia Caborca, Sonora y sus alrededores.
Acompañado de su colega, Jade Ramírez y el abogado Guadalupe Espinoza, compartió el texto que se comenzó a escribir desde hace tres años, está compuesto por 15 crónicas que incluyen historias de narcotráfico, migrantes y justicia y fue comentado y leído en fragmentos la pasada noche del martes.
Jade Ramírez explicó a la poca audiencia que las anécdotas de Eduardo Ortiz reflejan la vida del autor, sus vivencias, en lo individual y ejerciendo el periodismo, que de manera clara y directa expone antes sus lectores.
Por su parte, Guadalupe Espinoza, quién también es originario del norte del país pero radicado en Guadalajara, definió el de Ortiz como un “lenguaje claro, directo y ameno, muy campechano” y refirió que al igual que él, el autor migró a otra ciudad en busca de mejores opciones de donde hace denuncia “de lo que está aconteciendo desde ese rincón de la patria”, por lo que en el libro se lee sobre “el narcotráfico, la pobreza, los abusos de autoridad y hartas cosas”, precisó.
Historias mías o liberando al león de su jaula, dijo, es un texto que tiene como “propósito concientizar y que dejen atrás los prejuicios”, entonces, cerró su participación citando a Epicteto: Sólo el hombre culto es libre.
La intervención del autor, Eduardo Ortiz, inició afirmando que la difusión de lo que sucede en Caborca, más que un sueño es un deseo para que el resto de la República conozca lo que hay en “nuestra patria chica”, pues “Sonora no existe para el gobierno federal”. Por ello, la iniciativa de hacer crónicas fue con el motivo de que se “conozca lo que pasa al norte, que es ignorado por medios nacionales”, y precisamente por eso, “la falta de información hace que procuren más las injusticias”.
Posteriormente, el autor leyó una de sus crónicas, donde dijo a los asistentes: “me gustaría que se den una idea de las dificultades que representa hacer un periodismo de justicia y que trata de tener a la sociedad informada”.
“Los sicarios también toman vacaciones pero… pa siempre”, es el título de la crónica que leyó el autor, una de las pertenecientes al texto, en donde su tranquilad y naturalidad en el lenguaje hacen amena la historia: “Andándonos paseando como dice la canción pasamos mi esposa y yo por donde estaba un sandillero, sabrá si se escribe así pero es la persona que vende sandías y en Caborca hay uno en cada sombra de árbol”, leyó.
Después de escribir el libro y verlo publicado, Ortiz aseguró que el león que dormía dentro de él ya fue liberado, a través de las historias que debían ser contadas, además de ser ese su segundo apellido.
A diferencia de muchos medios y negocios de Caborca y sus ciudades cercanas, a Eduardo Ortiz no le han pedido “mordida” los sicarios, sino “al contrario me han ofrecido”, explicó. Sin embargo, ha tenido dos percances donde “han ido a mi casa a quererme levantar”, confesó, pero no se ha logrado porque “no van los jefes, sino los otros”.
Eduardo Ortiz nació en 1965 en Choix, Sinaloa. Se inició en el periodismo en medios locales, pero tras su mudanza a Caborca, Sonora y después de trabajar en algunos periódicos, abrió su sitio web de información: www.noticiasdecaborca.com.mx.
Acompañado de su colega, Jade Ramírez y el abogado Guadalupe Espinoza, compartió el texto que se comenzó a escribir desde hace tres años, está compuesto por 15 crónicas que incluyen historias de narcotráfico, migrantes y justicia y fue comentado y leído en fragmentos la pasada noche del martes.
Jade Ramírez explicó a la poca audiencia que las anécdotas de Eduardo Ortiz reflejan la vida del autor, sus vivencias, en lo individual y ejerciendo el periodismo, que de manera clara y directa expone antes sus lectores.
Por su parte, Guadalupe Espinoza, quién también es originario del norte del país pero radicado en Guadalajara, definió el de Ortiz como un “lenguaje claro, directo y ameno, muy campechano” y refirió que al igual que él, el autor migró a otra ciudad en busca de mejores opciones de donde hace denuncia “de lo que está aconteciendo desde ese rincón de la patria”, por lo que en el libro se lee sobre “el narcotráfico, la pobreza, los abusos de autoridad y hartas cosas”, precisó.
Historias mías o liberando al león de su jaula, dijo, es un texto que tiene como “propósito concientizar y que dejen atrás los prejuicios”, entonces, cerró su participación citando a Epicteto: Sólo el hombre culto es libre.
La intervención del autor, Eduardo Ortiz, inició afirmando que la difusión de lo que sucede en Caborca, más que un sueño es un deseo para que el resto de la República conozca lo que hay en “nuestra patria chica”, pues “Sonora no existe para el gobierno federal”. Por ello, la iniciativa de hacer crónicas fue con el motivo de que se “conozca lo que pasa al norte, que es ignorado por medios nacionales”, y precisamente por eso, “la falta de información hace que procuren más las injusticias”.
Posteriormente, el autor leyó una de sus crónicas, donde dijo a los asistentes: “me gustaría que se den una idea de las dificultades que representa hacer un periodismo de justicia y que trata de tener a la sociedad informada”.
“Los sicarios también toman vacaciones pero… pa siempre”, es el título de la crónica que leyó el autor, una de las pertenecientes al texto, en donde su tranquilad y naturalidad en el lenguaje hacen amena la historia: “Andándonos paseando como dice la canción pasamos mi esposa y yo por donde estaba un sandillero, sabrá si se escribe así pero es la persona que vende sandías y en Caborca hay uno en cada sombra de árbol”, leyó.
Después de escribir el libro y verlo publicado, Ortiz aseguró que el león que dormía dentro de él ya fue liberado, a través de las historias que debían ser contadas, además de ser ese su segundo apellido.
A diferencia de muchos medios y negocios de Caborca y sus ciudades cercanas, a Eduardo Ortiz no le han pedido “mordida” los sicarios, sino “al contrario me han ofrecido”, explicó. Sin embargo, ha tenido dos percances donde “han ido a mi casa a quererme levantar”, confesó, pero no se ha logrado porque “no van los jefes, sino los otros”.
Eduardo Ortiz nació en 1965 en Choix, Sinaloa. Se inició en el periodismo en medios locales, pero tras su mudanza a Caborca, Sonora y después de trabajar en algunos periódicos, abrió su sitio web de información: www.noticiasdecaborca.com.mx.